El Efecto Lindy inverso
Cuánto más tiempo pases en lanzar un producto, más tiempo tardarás en hacerlo.
Nassim Nicholas Taleb popularizó el término Efecto Lindy en su libro Antifrágil. Con él describe una propiedad según la cual algunos elementos no perecederos como las ideas o tecnologías envejecen a la inversa.
A modo de ejemplo, si un libro lleva publicándose 40 años, bajo el efecto Lindy podríamos asumir que su esperanza de vida restante es de al menos otros 40. Y si transcurren otros 10 años, pasaría a ser de 50. Con cada año que sobrevive, aumenta otro más su esperanza de vida.
El efecto Lindy por tanto expresa que lo viejo, aquello que lleva más tiempo entre nosotros, tiene más probabilidades de permanecer que lo nuevo. Así por ejemplo, es más probable que la religión cristiana siga estando entre nosotros dentro de 1000 años, frente a que lo haga la iglesia de la cienciología.
O, también, es más probable que los espectáculos de Broadway que hoy llevan más tiempo en cartelera sean los que más tiempo se mantengan. Y viceversa. Aquellos más recientes podemos esperar que tengan una vida más corta. El físico Richard Gott hizo justo esta predicción en Mayo del 93. El tiempo le dio la razón.
En el mundo de lo no perecedero, Lindy es un actor importante.
El efecto Lindy Inverso
La idea del efecto Lindy inverso proviene de Kent Beck, padre del Extreme Programming y uno de los firmantes del manifiesto Ágil, quién hace un tiempo publicaba este este tuit:
Beck utiliza una alegoría al efecto Lindy. Si bajo Lindy podemos afirmar que cuánto más tiempo sobrevive una idea, más tiempo podemos esperar que perdure, del mismo modo ocurre con cualquier cosa que no hacemos regularmente. Cuánto más tiempo pasemos sin hacerlo, más tiempo tardaremos en hacerlo finalmente.
Un ejemplo es hacer una release o un despliegue a producción. Cuánto menor es tu cadencia para hacerlo, menos probable es que lo hagas. Si hacer una release te cuesta horrores, es normal que lo hagas poco a menudo. Y como lo haces poco a menudo, tampoco tienes incentivos para mejorar el proceso, lo cual retroalimenta que lo hagas aún menos.
El efecto Lindy inverso también podemos aplicarlo a nuestros productos o iniciativas. Cuánto más tiempo se retrase el lanzamiento, más probable será que se retrase todavía más.
¿Por qué? Veamos algunos ejemplos:
Cuánto más tiempo tardemos en cerrarlo, más probable es que alguien venga con nuevos requisitos. Como todavía está abierto, siempre hay hueco para más.
Del mismo modo, también pueden cambiarte los requisitos actuales lo que sin duda te retrasará la salida.
A medida que se añaden nuevas peticiones, la superficie del producto (product surface area) aumenta, lo que incrementa la complejidad, complica los tests, y reduce la velocidad de iteración.
Cuanto más te retrasas, más te expones a que personas claves en el equipo terminen saliendo del mismo.
Podría seguir, pero creo que se entiende suficientemente bien. Parafraseando a Beck: cuánto más tiempo pases sin hacer algo, más tiempo pasarás hasta que lo hagas.
¿Cómo evitar sufrir el efecto Lindy inverso?
Algunas ideas que os pueden servir para evitar caer en la trampa:
Trabajar en iteraciones lo más pequeñas posibles. Una semana mejor que dos semanas. Historias de usuario de un día, mejor que historias de usuario de cinco días. Forzarte a trabajar en ciclos cortos te obliga a hacer más a menudo aquello que te provoca dolor.
Utilizando milestones. Cuando el desarrollo de un producto o iniciativa pueda abarcar meses, es vital dividirlo en partes más pequeñas que podáis ir abordando secuencialmente. Prioriza reducir la incertidumbre sobre las partes más complicadas primero. Mejor darte cuenta en el primer milestone de que no vais a llegar que hacerlo dentro de un año.
Definiendo deadlines. Sé inteligente y utilizalas a tu favor. Tener una te forzará a priorizar lo importante sobre lo que no lo es. El problema de las deadlines y por lo que tienen mala fama, es que si no priorizamos correctamente la calidad se puede ver afectada. Para eso, claro, hay que entender qué es lo importante sobre lo que no lo es.
Reduciendo el scope. No todas las funcionalidades o requerimientos son igual de importantes. Si los representáramos en una gráfica, probablemente veríamos una curva de tipo power law, donde unos pocos aportan el 80% del valor y luego hay una larga cola de un 20% que aportan relativamente poco. Corta por la cola y todo saldrá bien.
En resumidas cuentas, para no caer presa del efecto Lindy Inverso, busca formas de forzarte a hacer aquello que más te incomoda.
Precisamente se ahí su importancia, y es que nuestra tendencia natural consistirá en evitarlo. Salvo que dispares con pólvora del rey, no te conviene hacerlo.
Interesante artículo Simón. Me ayudará a ponerle nombre y una base teórica a cosas que se ven frecuentemente en muchos productos y organizaciones.